miércoles, 10 de febrero de 2010

Trabalenguas: El Perro de Roque Esbirro

Juntos juntan juncos,
juncos juntos juntan.

Estaba en el campo Parra
con el perro de Roque Esbirro
y la perra de Juan Gorra;
agarra a Parra una porra
para pegar al perro,
tropieza Parra en un puerro
y caen sobre la alcaparra
perra, perro, Esbirro, Gorra y Parra.

Clara Crespo Gallego

La Bruja que perdió su Varita

Había una vez en un lejano país una bruja que perdió su varita mágica.
Un día se entero que en el bosque del deseo había una cabaña y ahí estaba su varita mágica. Pero para abrir la puerta necesitaba la ayuda de la magia de un mago. Así que la bruja se puso en camino para buscar un mago, y encontró a un mago llamado Merlín. Ella le conto lo que le pasaba y Merlín prometió ayudarla y la bruja recupero su varita mágica y colorín, colorado este cuento se ha acabado.

María López Adaliz

Lucí y los Reyes

Lucí era una niña muy buena y para los reyes quería verlos, pero todos que lo pedía no se cumplía su deseo. Entonces un día vio a una hada madrina y entonces le pidió su deseo que era ver a Melchor, Gaspar y Baltasar, entonces el día de los reyes magos de oriente lucí pudo ver a Melchor, Gaspar y Baltasar, y también le dejaron muchos regalos Y colorín, colorado este cuento se ha acabado.

María López Adaliz

El viejo zapato

Juan era un niño alegre y juguetón. Siempre  le gustaba ir andando y saltando a todos los sitios pues se sentía muy cómodo con unos zapatos que le regalo su abuela.
Estos zapatos ya estaban un poco usados y viejos pero su mama se los limpiaba con mucho cariño y casi parecían nuevos. Con ellos lo mismo iba al Cole al parque al campo a ver una peli al cine o al cumple de un amigo.
Un día cuando iba de compras con su mama paso por una zapatería y vio unos zapatos que llamaron su atención. Tenia unos cordones clulisimos y un color súper guay.
Empezó  a decirle a su mama que se los comprara. Ella no quería porque los zapatos que tenía eran buenos y aunque usados estaban en buen estado pero cada vez que pasaban junto al escaparate el niño lloraba y lloraba por aquellos zapatos nuevos.
Su madre al fin se los compro y Juan se los puso enseguida y se fue al parque para estrenarlos. Comenzó a andar y a saltar y al poco tiempo se dio cuenta de que los zapatos le molestaban. Los pies le dolían y le hicieron pequeñas heridas Juan se acordó mucho de sus zapatos viejos en cuanto llego a su casa fue a buscarlos y se los puso enseguida
¡Que a gusto estaba con ellos!
Así aprendió  una lección que las cosas lo mismo que las personas si nos hacen daño de nada nos siven por muy bonitas que sean sino que había que aprender a quererla por su bondad y no dejarnos llevar por las apariencias.

Samuel Navarro Lora

La piscina del termo

Érase una vez una familia muy pobre.
La familia estaba formada por tres personas:
El padre se llamaba Pepe, la madre Manoli y el hijo Teo. La familia se gastó todo el dinero en un termo
enorme.
La familia estaba pasando mucha hambre, comían dos veces al día , tenían menos de diez trajes y un par de zapatos.
Un día aTeo se le ocurrió una idea: Poner una piscina.     Manoli le pregunto:
-    ¿Cómo piensas poner una piscina?
 Teo le contestó:
-Montándola
Teo destrozó el termo y mientras iba cayendo el agua el iba montando con taquitos un rectángulo.
Pepe iba pegando papeles por las calles para anunciar la piscina.
Entonces consiguieron mucho dinero gracias a Teo.

Enrique Márquez Caro