Érase una vez, un niño que decía las palabras al revés, como:
-La cola tiene pez, o…
Ese niño se llamaba Pedrito.
Pedrito era muy torpe, ¡Se equivocaba en todo! Un día, Pedrito se fue al colegio y cuando salio por la puerta en vez de decir adiós dijo hola.
En el colegio, la profesora le puso una operación de sumar, pero Pedrito la puso de restar y en vez de sumar 592+104 restó 295-401 y la profesora le dijo que a 295 no se le puede restar401, pero a 401 si se le puede restar 295. Y a partir de ahora Pedrito sabía que al número menor no se le puede restar el mayor.
Y colorín colorado este cuento de Pedrito se ha acabado.
David García Ruiz
jueves, 18 de febrero de 2010
Un día muy especial
El viernes por la mañana, Marta se despertó gritando:
¡Mañana abrimos la hucha! ¡Mañana abrimos la hucha!
Marta era una niña muy impaciente, entonces se lo dijo a su madre, a su padre,
a su tío, a su tía, a su abuela, a su abuelo incluso a sus vecinos y a sus vecinas.
A la hora de almorzar, Marta estaba todo el rato diciendo:
Mañana abriremos la hucha, mañana abriremos la hucha.
Por la tarde, Marta se puso a jugar con su amiga María al voleibol y le contó que
mañana abría la hucha.
A la mañana siguiente, Marta se despertó gritando muy fuerte:
¡Hoy abrimos la hucha! ¡Hoy abrimos la hucha!
Marta le dijo a su madre que abrieran la hucha, pero su madre le dijo:
Cuando termines los deberes la abriremos.
Marta hizo los deberes muy rápidos.
Y colorín colorado abrieron la hucha y este cuento se ha acabado.
David García Ruiz
¡Mañana abrimos la hucha! ¡Mañana abrimos la hucha!
Marta era una niña muy impaciente, entonces se lo dijo a su madre, a su padre,
a su tío, a su tía, a su abuela, a su abuelo incluso a sus vecinos y a sus vecinas.
A la hora de almorzar, Marta estaba todo el rato diciendo:
Mañana abriremos la hucha, mañana abriremos la hucha.
Por la tarde, Marta se puso a jugar con su amiga María al voleibol y le contó que
mañana abría la hucha.
A la mañana siguiente, Marta se despertó gritando muy fuerte:
¡Hoy abrimos la hucha! ¡Hoy abrimos la hucha!
Marta le dijo a su madre que abrieran la hucha, pero su madre le dijo:
Cuando termines los deberes la abriremos.
Marta hizo los deberes muy rápidos.
Y colorín colorado abrieron la hucha y este cuento se ha acabado.
David García Ruiz
Corre, corre que te pilla
Un día, Fran y Fátima fueron al zoológico.
Allí había muchos leones, tigres, cocodrilos, anfibios, pingüinos, peces, elefantes, reptiles
, monos, tiburones, osos, patos, conejos, pájaros… Fran, Fátima y sus padres, Ana y Javier estuvieron toda la mañana, disfrutando del parque, pero… Por la tarde los megáfonos empezaron a anunciar:
¡Atención, atención un león se ha escapado!
Y de pronto la gente empezó a gritar, a chillar y todas las personas se pusieron nerviosas menos Fran y Fátima, que no tenían miedo a nada.
Fran y Fátima fueron a buscar al león, y cuando vieron al león tan grande y tan feroz salieron corriendo y se metieron en una jaula, entonces el león saltó sobre ellos y se chocó contra la jaula, Fran y Fátima salieron corriendo y le cerraron la puerta al león.
Y colorín colorado los policías se lo llevaron.
David García Ruiz
Allí había muchos leones, tigres, cocodrilos, anfibios, pingüinos, peces, elefantes, reptiles
, monos, tiburones, osos, patos, conejos, pájaros… Fran, Fátima y sus padres, Ana y Javier estuvieron toda la mañana, disfrutando del parque, pero… Por la tarde los megáfonos empezaron a anunciar:
¡Atención, atención un león se ha escapado!
Y de pronto la gente empezó a gritar, a chillar y todas las personas se pusieron nerviosas menos Fran y Fátima, que no tenían miedo a nada.
Fran y Fátima fueron a buscar al león, y cuando vieron al león tan grande y tan feroz salieron corriendo y se metieron en una jaula, entonces el león saltó sobre ellos y se chocó contra la jaula, Fran y Fátima salieron corriendo y le cerraron la puerta al león.
Y colorín colorado los policías se lo llevaron.
David García Ruiz
Dos hombres muy tontos
Érase una vez dos hombres muy ricos, pero como eran tan tontos, vendían el dinero.
Un día se hicieron pobres, y le preguntó un tonto al otro:
-¿Por qué no vendemos la casa?
Y le respondió el otro:
¡Que buena idea!
Entonces pusieron un cartel delante de la casa que ponía:
SE VENDE TELEFONO: 902 111 111
Los ciudadanos que pasaban por allí tenían muchas ganas de comprar esa casa, pero como no ponía el precio creían que valía muy cara.
Así se llevaron una semana, dos semanas, tres semanas, un mes, dos meses, tres meses hasta un año e incluso cuatro años.
Un día, un hombre que no tenía casa paseaba por allí, y cuando vio el cartel que no ponía el precio pensó que era gratis decidió comprarla.
El hombre llamó a la puerta un tonto le abrió.
-Hola, dijo el hombre, quisiera comprar esta casa.
Entonces el tonto empezó a dar saltos de alegría.
-¿Quieres ver la casa? Le pregunto el tonto.
-De acuerdo, dijo el hombre.
Entraron en la casa y todo lo que había soñado el hombre estaba allí.
El tonto le dijo:
-¿Le gusta a usted la casa?
-Si, pero hay un problema. Dijo el hombre.
Y le respondió el tonto:
-¿Cuál es ese problema?
-El problema es que no tengo dinero dijo el hombre.
Y le dijo el tonto:
No pasa nada, te daré la casa gratis
-¿De verdad que me das la casa gratis? dijo el hombre.
Y dijo el tonto:
-¡Que bien! ¡Por fin hemos vendido la casa!
El hombre por fin tuvo casa y los dos tontos se quedaron en la calle.
Y colorín colorado los dos tontos se hacen pobres para siempre.
David García Ruiz
Un día se hicieron pobres, y le preguntó un tonto al otro:
-¿Por qué no vendemos la casa?
Y le respondió el otro:
¡Que buena idea!
Entonces pusieron un cartel delante de la casa que ponía:
SE VENDE TELEFONO: 902 111 111
Los ciudadanos que pasaban por allí tenían muchas ganas de comprar esa casa, pero como no ponía el precio creían que valía muy cara.
Así se llevaron una semana, dos semanas, tres semanas, un mes, dos meses, tres meses hasta un año e incluso cuatro años.
Un día, un hombre que no tenía casa paseaba por allí, y cuando vio el cartel que no ponía el precio pensó que era gratis decidió comprarla.
El hombre llamó a la puerta un tonto le abrió.
-Hola, dijo el hombre, quisiera comprar esta casa.
Entonces el tonto empezó a dar saltos de alegría.
-¿Quieres ver la casa? Le pregunto el tonto.
-De acuerdo, dijo el hombre.
Entraron en la casa y todo lo que había soñado el hombre estaba allí.
El tonto le dijo:
-¿Le gusta a usted la casa?
-Si, pero hay un problema. Dijo el hombre.
Y le respondió el tonto:
-¿Cuál es ese problema?
-El problema es que no tengo dinero dijo el hombre.
Y le dijo el tonto:
No pasa nada, te daré la casa gratis
-¿De verdad que me das la casa gratis? dijo el hombre.
Y dijo el tonto:
-¡Que bien! ¡Por fin hemos vendido la casa!
El hombre por fin tuvo casa y los dos tontos se quedaron en la calle.
Y colorín colorado los dos tontos se hacen pobres para siempre.
David García Ruiz
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