Era se una vez un niño que se llamaba Paco.
Este niño quería un billar por los reyes pero vale muy caro y sus padres no se lo querían comprar porque había sacado muy malas notas, entonces el se puso a llorar y no había nadie que lo parara.
Paco, le decía a sus padres que el iba a estudiar más pero sus padres no lo creían porque cada vez que llegaban los reyes siempre decía lo mismo.
Entonces para que sus padres lo creyeran se puso a estudiar y a hacer deberes y sus padres lo vieron estudiar y dijeron que sí, que se lo compraban.
Entonces llegó el día de los reyes y debajo del árbol había un regalo muy grande. Paco fue corriendo a abrirlo y era lo que él quería: El billar.
Juan Barrera López
miércoles, 17 de febrero de 2010
El tío Martín
El viejo tío Martín trabajaba en unos grandes almacenes y acostumbraba a ayudar siempre a los demás tanto con su dinero como con su trabajo. Así se sentía feliz y era querido por todos. Pero un día algo cambio. Tenia un sobrino que no hacia mas que decirle que de no haber dado todo ese dinero podría tener una lujosa casa y un coche grande y fantástico. Aquel día decidió cambiar y convertirse en un gran ahorrador para poder conseguir la casa y el coche.
Comenzó a ahorrar y casi no quería ni gastar el dinero para comer o para vestirse. Tambien dejo de ayudar a los demás con su dinero y empezó a cobrar todos sus trabajos. Así su corazón fue convirtiéndose en una piedra dura y fría. Ya de nadie sentía lastima y a nadie quería. Sólo se amaba a si mismo y a su dinero.
Con el tiempo pudo comprarse la casa y el coche y pensó ahora podré disfrutar todos me envidiaran y podré ser feliz. Pero Martín se equivocaba nada de eso paso.
Pronto se dio cuenta de su error y pensó que debía volver a su vida anterior.
Vendió cuanto tenía y gasto el dinero en ayudar a los demás.
Por fin volvió a ser feliz. Comprendió que el dinero no daba la felicidad y que mucho mejor era tener amigos de verdad y compartir lo poco o lo mucho que tenía.
Samuel Navarro Lora
Comenzó a ahorrar y casi no quería ni gastar el dinero para comer o para vestirse. Tambien dejo de ayudar a los demás con su dinero y empezó a cobrar todos sus trabajos. Así su corazón fue convirtiéndose en una piedra dura y fría. Ya de nadie sentía lastima y a nadie quería. Sólo se amaba a si mismo y a su dinero.
Con el tiempo pudo comprarse la casa y el coche y pensó ahora podré disfrutar todos me envidiaran y podré ser feliz. Pero Martín se equivocaba nada de eso paso.
Pronto se dio cuenta de su error y pensó que debía volver a su vida anterior.
Vendió cuanto tenía y gasto el dinero en ayudar a los demás.
Por fin volvió a ser feliz. Comprendió que el dinero no daba la felicidad y que mucho mejor era tener amigos de verdad y compartir lo poco o lo mucho que tenía.
Samuel Navarro Lora
El perro ladrón
Había una vez un perro que no era muy alegre y el dueño decidió abandonarlo. Entonces el perro se puso triste.
El perro andando y andando se encontró con un gato y decidieron seguir juntos, un día pensaron dedicarse a robar hasta que un día le pillaron y se asustaron mucho, porque además le cortaron la cola. Y desde ese momento se dieron cuentas los dos que habían echo mal y desde ese momento fueron honrrados y fueron felices y comieron perdices.
Mercedes Serrano Vega
El perro andando y andando se encontró con un gato y decidieron seguir juntos, un día pensaron dedicarse a robar hasta que un día le pillaron y se asustaron mucho, porque además le cortaron la cola. Y desde ese momento se dieron cuentas los dos que habían echo mal y desde ese momento fueron honrrados y fueron felices y comieron perdices.
Mercedes Serrano Vega
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