Había una vez un perro que no era muy alegre y el dueño decidió abandonarlo. Entonces el perro se puso triste.
El perro andando y andando se encontró con un gato y decidieron seguir juntos, un día pensaron dedicarse a robar hasta que un día le pillaron y se asustaron mucho, porque además le cortaron la cola. Y desde ese momento se dieron cuentas los dos que habían echo mal y desde ese momento fueron honrrados y fueron felices y comieron perdices.
Mercedes Serrano Vega
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