El viejo tío Martín trabajaba en unos grandes almacenes y acostumbraba a ayudar siempre a los demás tanto con su dinero como con su trabajo. Así se sentía feliz y era querido por todos. Pero un día algo cambio. Tenia un sobrino que no hacia mas que decirle que de no haber dado todo ese dinero podría tener una lujosa casa y un coche grande y fantástico. Aquel día decidió cambiar y convertirse en un gran ahorrador para poder conseguir la casa y el coche.
Comenzó a ahorrar y casi no quería ni gastar el dinero para comer o para vestirse. Tambien dejo de ayudar a los demás con su dinero y empezó a cobrar todos sus trabajos. Así su corazón fue convirtiéndose en una piedra dura y fría. Ya de nadie sentía lastima y a nadie quería. Sólo se amaba a si mismo y a su dinero.
Con el tiempo pudo comprarse la casa y el coche y pensó ahora podré disfrutar todos me envidiaran y podré ser feliz. Pero Martín se equivocaba nada de eso paso.
Pronto se dio cuenta de su error y pensó que debía volver a su vida anterior.
Vendió cuanto tenía y gasto el dinero en ayudar a los demás.
Por fin volvió a ser feliz. Comprendió que el dinero no daba la felicidad y que mucho mejor era tener amigos de verdad y compartir lo poco o lo mucho que tenía.
Samuel Navarro Lora
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